El Sistema de Salud de Guanajuato exhortó a los padres de familia a mantener vigilancia mental en niños 12 años y jóvenes de 18 por el incremento de casos por depresión en este grupo etario.
Ligia Arce Padilla, titular del Sistema de Salud de Guanajuato explicó que la depresión puede ocurrirle a cualquiera y no es un signo de debilidad.
Para esta temporada de vacaciones de verano que comienzan en varias instituciones educativas este viernes, es importante que los tutores pongan especial atención a el estado de ánimo de sus hijos, y a las señales como el aislamiento, pérdida del interés, entre otros.
Arce Padilla informó que la depresión infantil es una enfermedad que se caracteriza por una tristeza o irritabilidad persistentes y una pérdida de interés por las actividades que normalmente disfrutas, acompañada de dificultades para realizar las actividades cotidianas.
La adolescencia es un estado normal y durante su curso son comunes algunos rasgos tales como baja autoestima, pesimismo, problemas de concentración, fatiga, y problemas con el sueño.
Son rasgos comunes con la depresión como enfermedad, pero no son causa de alarma hasta que aparezcan como persistentes y progresivos.
Comparado con la depresión en adultos, el o la joven tiende a actuar más, (en el sentido de expresar conductas), comer (en lugar de pedir ayuda) y dormir más (como forma de eludir o evadir).
Los pensamientos depresivos pueden presentarse normalmente en la adolescencia y reflejar el proceso normal de desarrollo, siendo el momento en el que las y los jóvenes se preocupan por cuestiones existenciales.
Es importante acudir a la unidad más cerca si se presentan algunas de las siguientes señales:
– Cambios en la salud física o en su apariencia
– Alteraciones en el estado de ánimo como: Irritabilidad, frecuentes estallidos de agresión o enojo.
– Descuido con la higiene personal.
– Dificultades para hacer frente a los problemas y las actividades cotidianas.
– Alteraciones en el apetito (comer poco o demasiado)
– Ansiedad excesiva frente a pequeños malestares físicos o pequeñas decepciones.
– Patrones anormales de sueño (dificultad para dormir o dormir mucho)
– El uso o abuso de alcohol y / o de drogas
– Incertidumbre con relación a la identidad de género u orientación sexual
– Autolesiones o comportamiento autodestructivo
– Amenazas de daño a sí mismo/a u a otros.
– Mostrar inclinación a correr más riesgos de lo normal y pensar en ocasiones en hacerte daño.